Horts Gempp Muller

“ME GUSTA MI TRABAJO PORQUE ME HA PERMITIDO REVIVIR LOS EQUIPOS ANTIGUOS, COSA QUE AÚN PUEDO HACER A MIS 89 AÑOS”

Horts Gempp Muller, nació hace 89 años en Osorno, sin embargo, ha vivido la gran mayoría de su vida en Temuco, donde comenzó un negocio el año 1957 en la casa de sus padres, en calle Prat. “Empecé mi negocio al terminar mi empleo en el servicio técnico de la Phililps en Temuco, y a raíz de ese trabajo nació la idea de abrir una electrónica que se dedicara a reparar las radios de ese entonces. Aún no había televisores en ese tiempo y yo había estudiado radio técnico, así que me atreví a emprender porque sabía que era una necesidad”, comenta.  En el año 60 por el terremoto, debió conseguir otro local, abriendo su negocio en calle Montt, donde estuvo hasta 1964, cuando llegó al local de General Mackenna 494, donde hoy lleva 60 años, “llevamos en total 67 años desde que partimos con Electrónica Gempp vendiendo todo tipo de artículos de electrónica. Con el tiempo debimos modernizarnos y atrevernos a conocer el mundo de los televisores, desde el año 1969 cuando llegó la televisión a Temuco”.

Horts Gempp es en la actualidad de los pocos, si no el único técnico que aún arregla radios y televisores antiguos en Temuco. “Aprendí a arreglar equipos electrónicos por mi cuenta y me perfeccioné en 1952 estando en quinto año de humanidades, cuando abrimos un laboratorio de física con colaboración del gobierno alemán. Ahí pude aportar con mis conocimientos de ese idioma, permitiendo entender las máquinas que venían desarmadas y con indicaciones en sus folletos en alemán. También participé en las escuelas de verano donde enseñaban electrónica en la Universidad de Chile en Temuco” explica. Agrega que “me gusto mucho ese trabajo porque me permitía hacer revivir los equipos, sobre todo los más antiguos, cosa que aún puedo hacer a mis 89 años, ya que he guardado tubos y componentes de los equipos de esos años, que ya no se encuentran en el comercio, y a mi aún me quedan”.

Cuenta que lo más complicado de su trabajo era reparar las bobinas de los transformadores que la mayoría de los equipos usaban, para lo cual construyó una máquina bobinadora que le permitió construir esos repuestos. Su esposa, Liliam Glaser, a quien le enseñó la labor de embobinar, abrió una pequeña empresa de embobinados, complementando el negocio de su esposo.

Entre las anécdotas que recuerda, “el año 65 construí una réplica de un televisor de 23 pulgadas tipo Silvania, que funcionaba mediante unas películas que dibujé yo mismo, y lo tenía en la vitrina pasando un comercial de la Electrónica (en ese tiempo aun no llegaba la televisión a Temuco), eso causó mucha conmoción en todos quienes pasaban por fuera del local, tanto que vinieron del Diario Austral a entrevistarme”.

Cuando le preguntan cómo ha enfrentado los cambios en la tecnología a través de los años, dice que “el cambio lo fui asumiendo, por ejemplo, llegaban los televisores a Temuco y no tenían antena, solo venia la antena del televisor y con eso no se lograba ver las imágenes, solo el sonido, y así me di cuenta que era necesario tener una buena antena receptora exterior para captar la señal de televisión y fabriqué unas antenas para poder captar la señal de Canal 7, el único que había en Temuco en ese entonces. Esa fue una de las formas de asumir el cambio tecnológico, debiendo estudiar, leer, e informarme para ir entendiendo y adecuándome”.

Comenta que extraña que los equipos de antes duraban muchos años y existía la posibilidad de repararlos, sin embargo valora que hoy exista mucha tecnología y que esté al alcance de todos. “A mis años, el consejo que daría a los jóvenes es valorar la tecnología, intentando comprender el esfuerzo de los técnicos como yo, que hemos aportado a su avance, sobre todo en el conocimiento de idiomas que en mi caso me permitió abrir espacios y anteponerme a la llegada de nuevas tecnologías. También le daría un consejo a los empresarios, y es que ayuden a los jóvenes a perfeccionarse, ya que hoy aún me encuentro con personas que me agradecen el haberme dado el tiempo de enseñar, para mi es muy gratificante que aún me reconozcan en la calle y me saluden y se acuerden, es una forma de reconocer a quienes hemos sido parte del crecimiento de Temuco, que partimos con nuestros negocios hace tantos años, y que hemos podido permanecer vigentes en el tiempo y atentos a las novedades tecnológicas”.

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